La música es evidente lo mucho que nos acompaña, nos motiva, nos hace pasar el rato y en ocasiones nos lleva a otra dimensión, pero definitivamente ¿cuántos de nosotros no utilizamos la música como una ruta de escape? Espero no estar solo en este concepto.
En la vida de quienes hemos seguido movimientos como el skinhead, el punk y supongo que ocurre en los otros movimientos, la música es en muchas ocasiones más allá que una letra protesta o una idea que nos refuerza las ideologías se ha transformado también en una válvula para descargar un poco nuestras frustraciones personales y desahogarnos.
Personalmente he encontrado en el sonido de la música una manera de canalizar los picos altos de tensión que la ansiedad me viene provocando hace unos años, es parte de mi “terapia” para no tomar decisiones al calor del momento. Entre las frases, melodías y hasta gritos de algunos cantantes he sentido que se van algunos de los elementos negativos que estoy viviendo en ese instante.
Por supuesto que este no puede ser el único mecanismo y en muchas oportunidades debemos buscar en el corazón del asunto y tomar decisiones o finalmente apoyarse en ayuda psicológica o psiquiátrica en casos muy extremos porque las circunstancias lo ameritan y no es suficiente con el catalizador de la música.
Sin embargo, cuántas veces una buena pieza de punk, hardcore, punk rock o de Oi por decir algo no ha hecho de las suyas para hacernos calmar esa bestia interior que nos hace sucumbir ante sentimientos que eventualmente nos pueda hacer daño.
En mi caso cuando me siento frustrado tengo mi lista de canciones que me ayudan a apaciguar un poco esa sensación. Un poco de Die Toten Hosen para bajar las revoluciones, en ocasiones algo de Eskorbuto o de Non Servium me ayuda y siento que estoy en el lugar del cantante o de alguno de los instrumentos, obvio todos hemos hecho algo así.
Y ustedes, ¿con qué canciones descargan sus frustraciones? ¿Qué catalizador musical usan para sentir que la vida vale algo cuando sienten que de verdad todo se va al carajo?
Por cierto que mientras escribía estas líneas escuchaba “Animal” de Non Servium, podrían imaginar el nivel que tenía cuando quise compartir con ustedes este texto, valiendo literalmente varias hectáreas de verga, no pasaba absolutamente nada, pero la ansiedad es así de hija de su madre.
Bryan Acuña (Analista internacional)