Una de las “tribus urbanas” más emblemáticas del siglo XX es el movimiento skinhead (cabezas rapadas), los mismos aparecen a finales de los 60s en contraposición al movimiento hippie que abogaba por una respuesta pacífica a la opresión de las élites contra la clase obrera, esto se dio en sus inicios en el Reino Unido y posteriormente se fue expandiendo hacia otros países hasta transformarse en un movimiento global.
En sus comienzos transmitían los valores del compañerismo, la lealtad, coraje y orgullo, la respuesta al pacifismo inoperante de los hippies los llevó a tomar las calles y hacer manifestaciones más violentas y subversivas.
La estética “skin” también les darían su propia firma; cabeza rapada, botas estilo militar y camisas tipo polo más sus pantalones “vaqueros” con los ruedos arriba y en ocasiones tirantes.
Parte de esta variable estética heredada de los movimientos mod, rude boy y boot boys de finales de los 50s y comienzos de los 60s, y aficionados a distintos tipos de música que fue evolucionando con el paso del tiempo.
En un inicio era común el reggae producto de su herencia proveniente de los migrantes jamaiquinos que se asentarían en Inglaterra en la época, también se sumaría el ska y el rocksteady y posteriormente llegaría la influencia del punk y del Oi.
Quizás uno de los debates más insistentes sobre la subcultura skinhead es si este movimiento es político o no, lo cierto es que para poder entender la politización de la lucha juvenil skinhead se debe echar mano a dos períodos de tiempo.
En primer lugar, en el denominado “espíritu del 69” el movimiento que aparece como una respuesta a la opresión de la clase trabajadora y principalmente los migrantes, lleva a que se den manifestaciones violentas contra los abusos sobre los trabajadores sin que esto indique necesariamente una afiliación política.
El segundo momento histórico se da con la llegada del denominado “espíritu del 77”, donde además con la llegada del movimiento punk en esa década, se comienza a tomar posiciones sobre algunos asuntos, incluyendo el sexismo y el racismo.
Con la crisis económica inglesa de los años 70s surgiría un movimiento que se aprovecharía de la estética skinhead y el llamado revolucionario y violento en la “lucha de clases” y usando la situación coyuntural lanzaría una politizada agenda nacionalista, respaldados por los movimientos racistas y fascistas de British Movement y National Front, es así como surgen los denominados skinheads racistas, anticomunistas, judeofóbicos y fascistas, quienes tendrían además una fuerte presencia mediática logrando en ocasiones que se metiera dentro de las mismas características a todos los grupos de esta tribu urbana.
Estos grupos mancharían el origen multiétnico del movimiento y obligarían a que tanto los grupos de punk como los skinheads que no creían en estos valores, dejaran un tanto de lado lo apolítico del movimiento para adoptar una clara posición contra los movimientos neonazis y es así como la otra parte de la tribu skinhead decide afiliarse a movimientos antinazis, anti-establishment, anarquistas y antirracistas.
El crecimiento del movimiento skinhead por el mundo se fue haciendo cada vez más grande y en 1986 en los Estados Unidos; tratando de contrarrestar el crecimiento de los fascistas dentro de la subcultura skin, se crea la SHARP (Skinheads contra los prejuicios raciales) y a finales de los 90s dicho movimiento encontraría asidero también en Europa.
Es también en la década de los 90s que el movimiento SHARP tiene una división y se conforma la RASH (Rojos y anarquistas skinheads) quienes tendrían una posición antiestatal más fuerte, con una tendencia más hacia la ideología anarquista o en ocasiones hacia el socialismo “clásico”, llevando la lucha más allá de la oposición a los grupos que discriminan, sumándose a otras protestas de carácter social siempre enfocada en la clase obrera o trabajadora, pero ideológicamente cercana a los grupos mencionados inicialmente.
Claramente el movimiento nace con una tendencia apolítica con deseos de incluir la lucha social de la clase obrera contra la represión de los grandes empresarios en contra del proletariado, sin embargo, como muchos otros aspectos heredados de la Guerra Fría, el enfrentamiento ideológico se metió en las tribus urbanas, llevándolas más allá de un simple movimiento de protesta social a convertirlos en verdaderos activistas de causas abiertamente ideologizadas.
Tanto los grupos skinheads (o boneheads) que apoyan los movimientos nacionalistas, racistas y fascistas, como la contraparte que los combate o que se oponen al sistema actual, llevaron al movimiento skinhead a otro nivel, bajo una estética similar, pero fines distintos.
¿Cabe preguntarse si debería el skinhead ser político o apolítico? O más bien la pregunta válida es determinar si quien se identifica con el movimiento skinhead está involucrado con una moda simplemente basado en su estética y música o en alguna manera conserva un poco del espíritu de oponerse contra aquellos movimientos que pretenden desacreditar el valor de algunos seres humanos, por un tema de origen étnico, religión, color de piel y demás.
Debería el movimiento con medio siglo de estar presente en el mundo mantenerse al margen de discusiones políticas o llevar el activismo más hacia la protección de la dignidad de los individuos por encima de una afiliación propiamente, recordando que aquellos que no hacen nada, ya han decidido hacer algo, y esta decisión no siempre es potable sino que puede ocasionar fuertes daños en algunas sociedades o grupos sociales.
Bryan Acuña (Analista internacional)